El absentismo es un factor al que hay que darle la debida importancia.
Estamos familiarizados con los términos de absentismo justificado (con bajas médicas) e incluso al injustificado (retrasos y otro tipo de ausencias no justificadas), pero a esto hay que añadir otro tipo, el presencial, es decir acudir al puesto de trabajo y dedicar la jornada laboral a actividades personales como consultar páginas web, usar el correo electrónico con fines personales o incluso realizar llamadas telefónicas personales.
El absentismo que puede provocar una reducción en la productividad de la empresa, generando problemas de organización, aumentando los costes de la empresa y finalmente afectando al clima laboral.
Es por ello, que controlar el absentismo es una de las tareas principales que debe tener en cuenta una empresa.
Existen dos vías a estudiar en la lucha contra este problema:
Control
El absentismo justificado por causas médicas es, quizá el más común. Es conveniente controlarlo de manera exhaustiva mediante seguimiento de los partes médicos y de las mutuas, exigiendo los justificantes y controles médicos oportunos. El objetivo es identificar las causas más comunes y ver si la empresa puede intervenir para reducirlo aplicando una correcta política de prevención de riesgos laborales.
El absentismo injustificado relacionado con el incumplimiento del horario de trabajo puede controlarse mediante sistemas tecnológicos de control o bien mediante la formación de los mandos intermedios con el fin de implicarlos en dicho control y permitir la discriminación de casos puntuales de situaciones que se convierten en una práctica habitual.
El absentismo presencial por el uso, con fines personales, de las herramientas / instalaciones de la empresa como Internet, el correo electrónico o el teléfono puede reducirse con la transmisión a los empleados de cuál es su política en esa materia o mediante un comunicado de carácter informativo.
Siempre que no se vulnere ningún derecho fundamental del trabajador, la empresa está autorizada a limitar el acceso a Internet y a otras herramientas o materiales que los empleados no precisen para llevar a cabo sus tareas.
Motivación
La mejor manera para luchar contra el absentismo es la aplicación de una adecuada política de motivación a los empleados. Para ello, es necesario saber qué medidas se pueden adoptar para incrementar el grado de satisfacción de los empleados, por ejemplo la flexibilidad horaria, mejora de la conciliación familiar-laboral, prima por reducción de absentismo, etc.
Es importante dar la información necesaria de cómo afecta el absentismo en la empresa y como les puede afectar a nivel personal, de manera que se impliquen e identifiquen con los problemas que pueden surgir a nivel empresarial
Un aspecto fundamental es analizar el clima laboral existente, pues puede guiar al empresario a la hora de corregir aspectos que no están funcionando correctamente.
Otra opción a tener en cuenta es el uso de medidas ejemplarizantes como son las disciplinarias permitidas por la legislación.
En definitiva, la lucha contra el absentismo consiste en que el trabajador sea consciente de que la reducción del absentismo supone una mejora a nivel empresarial que repercutirá en una mejora a nivel personal.
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